Es una de las suertes más espectaculares; es valiente, rápida, impetuosa y no exenta de peligro. Colear significa derribar un toro en plena carrera, jalándolo de la cola con la mano. El equipo de coleadores será de tres a cinco, dependiendo del tipo de competencia y cada coleador tendrá tres oportunidades. Como la longitud del lienzo es de 60 metros, se otorgará mayor puntuación a todas las caídas que se efectúen en menor terreno. A toda carrera y paralelamente al toro, el charro se agacha para agarrarle la cola y llevarla aproximadamente a la altura de la rodilla; en esa posición, debe pasar la pierna con todo y estribo por encima de la cola del novillo enredándola firmemente en la espinilla, e imprimiendo mayor velocidad a la carrera, jalará fuertemente para derribar al animal.
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