
tendrá una oportunidad que utilizará de manera alternada. Una vez que se ha lazado al toro por la cabeza o por los cuernos, se intenta, también por turnos, tirar el pial, es decir, tirar al toro de las patas con la reata para finalmente derribarlo.
La palabra “Charro” parece derivarse del término “zar” que en vasco significa campesino. Sin embargo, más allá de las palabras y sus orígenes, el charro mexicano tiene tanto de vasco como de andaluz o indígena. La sangre del charro es mestiza como lo es su tradición. La historia de la charrería está unida a la de los caballos europeos llegados a América. Los “cuacos”, como se les dice cariñosamente, son los verdaderos iniciadores de la charrería mexicana.
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